Gonzalo; que difícil decirte adiós. Qué difícil despedir a un maestro y a un amigo. Fuiste para mí un modelo como médico y como persona. Tu inteligencia, tu honradez y tu generosidad estarán siempre en mi memoria. Qué difícil expresar la gratitud que siempre sentiré por haberme regalado el
privilegio de tu amistad, y qué difícil asimilar la tristeza que tu partida me produce. A través de tu ejemplo estarás siempre presente en nuestras vidas. Descansa en paz, Gonzalo.
Ciro García Álvarez
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